Un corazón que sana: homenaje a la nominación de Kaitlin Wakefield al premio DAISY
En Jackson Nurse Professionals, creemos que la enfermería es más que una carrera, es una vocación. Es la fuerza silenciosa en tiempos de crisis, la voz suave en tiempos de tormenta y la mano firme que nos tiende la mano cuando todo se siente incierto. Una reciente nominación al Premio DAISY nos recordó esta verdad de la manera más profunda, y hoy nos honra compartir esa historia.
El 28 de marzo de 2025, Jim Theriault escribió una carta sobre la atención que recibió su esposa, Alexandra, en la UCI del Hospital Northern Light en Bangor, Maine. Alexandra había sido trasladada de urgencia desde la UCI del Hospital General de Maine en Augusta. Su estado era crítico. Estaba completamente intubada y no podía comunicarse. Como tantas familias que enfrentan momentos de incertidumbre, Jim se encontraba en una habitación de hospital lleno de miedo, una frágil esperanza y una abrumadora sensación de impotencia.
Y en medio de todo esto estaba Kaitlin Wakefield, Enfermera.
Jim escribe que si bien muchos profesionales capacitados y compasivos cuidaron de Alexandra, fue la presencia de Kaitlin la que dejó una marca inolvidable en su corazón.
Kaitlin no solo brindó atención, sino que conectó con ella. Se tomó el tiempo para hablarle con cariño a Alexandra, incluso cuando no estaba claro si podía oírla o responder. La trató no como un diagnóstico, sino como una persona integral. «Kaitlin trató y cuidó a Alex como si fuera su madre», escribió Jim. «Por esto, Alex y yo fuimos muy afortunados».
Pero el cuidado de Kaitlin no se detuvo junto a la cama. Extendió su compasión a Jim, un esposo que atravesaba uno de los momentos más dolorosos e inciertos de su vida. Tras 23 años cuidando a su hermano con lesión cerebral, Jim conocía bien el sistema de salud. Pero nada lo preparó para el peso emocional de ver a su esposa en un estado tan vulnerable. Kaitlin, junto con sus cuidadoras Lauren y Emily, lo atendieron con empatía, paciencia y una presencia tranquilizadora. No solo le explicó lo que estaba sucediendo con claridad y compasión, sino que también le ayudó a encontrar las palabras para consolar a su familia.
Jim escribe: “Kaitlin tiene la capacidad de hacer que la información compleja sea comprensible, lo cual es un don excepcional y una bendición inconmensurable”.
Continuó reflexionando sobre el tipo de atención que trasciende la excelencia clínica: la atención basada en la humanidad. Hizo referencia a los ocho rasgos del liderazgo de servicio: respeto, amabilidad, paciencia, perdón, humildad, altruismo, honestidad y compromiso, y afirmó que Kaitlin los encarnaba todos. En sus palabras, se merece una "A+" por su liderazgo con corazón, incluso ante las dificultades.
“Ver a alguien no solo haciendo su trabajo, sino haciéndolo con profunda compasión personal, es algo que nunca se olvida”, escribió Jim. “Es un orgullo para ella misma y para la organización a la que sirve”.
En Jackson Nurse Professionals, historias como esta son la razón de nuestra existencia. Porque sabemos que una enfermera puede cambiarlo todo. En un momento de oscuridad, una enfermera como Kaitlin se convierte en la luz; reconforta, apoya y sana en todo el sentido de la palabra.
A Kaitlin: gracias por ser esa luz. Gracias por mostrarnos lo que realmente significa preocuparse. Quizás creías que solo hacías tu trabajo, pero para Jim y Alexandra, hiciste mucho más. Les diste esperanza. Les diste paz. Les diste el regalo excepcional y sagrado de ser vistos, escuchados y abrazados en los momentos más difíciles.
Así es la enfermería. Y nos honra celebrarlo.